AMOR CUANTICO

Se encontraron en aquel jardín, no recuerdo época ni lugar. Ella ayudaba a la mítica anciana a caminar bajo la sombra de unos árboles frondosos que acompañaban como guías a los costados de un sendero que se abría al horizonte.
Juntas y tan diferentes, disfrutaban de las flores como de la diversidad de pájaros y mariposas que ofrecía ese lugar de ensueños. Era primavera, pero ella seguía en invierno. El leía su libro sentado en su banco preferido, nunca se hubiera dignado a mirar a aquella bella joven, si no fuera porque la anciana le saluda alegremente, sin dudas se conocían de antes. En ese milésimo de segundo y en ese preciso lugar, desaparecieron la elite y la lucha por sobrevivir, se encontraron dos almas perdidas en el vasto universo de las probabilidades, y que desde hacia tiempo vivían bajo el imperio de una poderosa fuerza que se alzaba entre ellos como una sombra y que asignaba roles de un programa en blanco y negro que ellos cumplían a rajatablas. Imaginen ustedes como era sus vidas.
Despertaron, se reconocieron y salieron del juego, ya no quisieron jugar al dolor, cambiaron sus programas por otros más divertidos. Me contaron que ahora cambian el juego todos los días, como si fueran dioses reinventando sus universos.
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